Mujer:
De la Esclavitud a la Grandeza
Por Juan Carlos Moreno
Vale la pena empezar felicitando a todas las mujeres en la conmemoración de su Día Internacional. Sin embargo, también es conveniente decir que nuestra sociedad tímidamente, apenas viene a darle a este extraordinario ser un lugar igualitario con respecto al hombre. Y digo tímidamente porque en nuestra cultura y en muchas otras, siguen en desventaja y no tienen los mismos derechos aunque se diga lo contrario en la Constitución Política y en otras doctrinas reguladoras.
Craso error. Esta deuda histórica con nuestras damas viene pasando factura y de qué forma. Poco a poco ellas ocupan importantes espacios y posiciones a nivel social y a mi modo de ver, eso desde un principio siempre tuvo que haber sido así. No obstante, al gremio masculino le cuesta mucho aceptar esto y por tal razón no suelta las riendas del todo. Ese delirio de superioridad bajo el cual crecimos y vivimos, difícilmente morirá en esta generación. Algunos dicen que es un asunto de “dignidad” con la raza varonil; aquella que es fuerte, dominante, controladora y que no se deja doblegar.
Pero cada vez estoy más convencido que ese machismo no es otra cosa que temor. Ese miedo a ser superados, a sentirnos inferiores y a convertirnos en la casta débil, nos conlleva a permanecer fuertes en el tiempo. Pero siempre me he preguntado: ¿Y por qué la rivalidad es en contra de ellas y no contra nosotros mismos? Debemos ser claros. Menospreciar al género femenino es querer ignorar que sus capacidades nos superan años luz en muchas cosas. Entendido esto, relegarlas no es la solución.
A pesar del sesgo, cada vez más los hombres entendemos que la mujer no es competencia sino complemento.
¡Y que complemento! Nada mejor que admirarse ante su belleza, inteligencia, sabiduría, sentido maternal, capacidad laboral, delicadeza y liderazgo, para no mencionar muchas más bondades que las rodean. La virtud de dar a luz, solamente se convierte en una cualidad casi milagrosa y mágica de la que todos, hasta los más machitos, fueron favorecidos.
Los tiempos cambian… y gracias a Dios es así, para no seguir en el oscurantismo del tipo machista. Como ser humano y como hombre, defiendo y defenderé a la mujer reconociendo lo que otros no han querido ver de ellas: su perfección.
A los de mi especie, los invito a amar hoy, mañana y siempre, a estos seres tan maravillosos que llegan a nuestras vidas como esposas, abuelas, madres, hijas, hermanas, amigas, compañeras o como fuera que llegasen. Ellas merecen que les celebremos su condición de mujeres toda la vida.
Así como empecé, definitivamente también vale la pena terminar deseándoles a todas, un FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER.
Diario Informativo Barboseño
Cra 15 Nº 13-49
Barbosa, Antioquia.
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