Abogado se salvó de ataque sicarial
Oficina del Abogado, lugar de los hechos. Foto: Guillermo Naranjo
Tuvo al sicario de frente, a menos de dos metros de distancia. Pensó que las balas ya le habían dado y que seguramente estaba muriendo. Aterrorizado, vio a su atacante accionar el gatillo muchas veces. Tardó un par de segundos en darse cuenta de que el arma con la que le apuntaban se había atascado. Jorge Mario Henao Madrid, defensor público de 49 años de edad, se salvó de milagro.´
Cuando finalmente cayó en cuenta de que ni siquiera estaba herido se le fue encima al sicario. “A mí me salvó Cristo. En este momento yo podría estar en la morgue”, señaló el hombre, que luego de haber sido víctima de un atentado mortal resultó con una herida leve en cada mano, producto del forcejeo que tuvo con el sicario.
El hecho ocurrió el domingo 27 de septiembre, pasada la 1:15 de la tarde en la oficina del abogado, ubicada en la calle 16 N.° 18-18 del barrio Santa Mónica, en Barbosa. El despacho funciona en un Primer piso y la entrada da directamente a la calle. Mientras se enfrentaba con el delincuente en plena acera para tratar de desarmarlo, pasó por el lugar la patrulla del cuadrante, que capturó al criminal en flagrancia.
El arma que no le funcionó al sicario ni en el momento en el que realizó el ataque ni durante el forcejeo era una pistola negra, calibre 9 mm, con cacha anti huellas, cañón modificado y silenciador plateado.
El atacante, de 38 años de edad, fue identificado como Jorge Humberto Betancur Quintero. El hombre fue presentado el 28 de septiembre en el Palacio de Justicia de Medellín. Se supo que el sujeto recibiría 2 millones de pesos si asesinaba al abogado.
A Betancur Quintero le imputaron los delitos de homicidio tentado y porte ilegal de arma de fuego. El sujeto, que no se allanó a los cargos, cumple años este sábado y pasará su aniversario tras las rejas, pues quedó sometido a medida de aseguramiento en prisión.
Fuentes cercanas a la investigación informaron que mientras Betancur Quintero trataba de accionar su arma, a poca distancia del lugar lo esperaba un sujeto a bordo de una moto DT blanca. Se supo que al ver la llegada de la Policía y el alboroto de la gente que se acercó, huyó de inmediato.
La víctima aseguró no haber tenido problemas con nadie y no haber recibido amenazas ni por el ejercicio de su profesión ni en el ámbito personal.
Relató que cuando llegó el sicario acababa de despedir a unos amigos y se encontraba solo con una mujer. “Yo estaba dentro de mi oficina, que es como una especie de garaje, revisando la batería de mi carro, cuando llegó el hombre”, contó.
Testigos contaron que en el momento de la captura el sicario aseguraba que él era obrero de la construcción y que el ataque no era para el abogado. Personas de la zona aseguraron que el atacante vive en el sector.
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